lunes, 7 de marzo de 2016

NO ME LLAMES AMOR


Esa noche, Zackary Lander solo tenía en mente dos cosas: pedir una pizza y olvidar el maldito día que había tenido. Sin embargo, cuando llamaron a su puerta no fue el repartidor al que encontró, sino a una ahogada gatita que estaba dispuesta a servirse sus huevos en una bandeja. 
Kimberly Ortega era un imán para los problemas. Si le quedaba alguna duda al respecto, quedó inmediatamente despejada en el momento en que llamó a la puerta y empezó a insultar… al hombre equivocado. 
Un encuentro fortuito, un malentendido y la más rocambolesca de las situaciones los llevó a conocerse en el momento menos pensado. 
Si el amor llama a tu puerta, ¿le dejarías entrar?.

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